domingo, 1 de agosto de 2010

10º Domingo de Pentecostés: 1 de Agosto de 2010


LECTURAS:

Colosenses 3:1-11

[1].Si han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. [2].Preocúpense por las cosas de arriba, no por las de la tierra. [3].Pues han muerto, y su vida está ahora escondida con Cristo en Dios. [4].Cuando se manifieste el que es nuestra vida, también ustedes se verán con él en la gloria.
[5].Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es «terrenal», es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos. [6].Tales cosas atraen los castigos de Dios.
[7].Ustedes siguieron un tiempo ese camino, y su vida era así. [8].Pues bien, ahora rechacen todo eso: enojo, arrebatos, malas intenciones, ofensas, y todas las palabras malas que se pueden decir.
PÓNGANSE EL VESTIDO NUEVO
[9].No se mientan unos a otros: ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus vicios, [10].y se revistieron del hombre nuevo que no cesa de renovarse a la imagen de su Creador, hasta alcanzar el perfecto conocimiento. [11].Ahí no se hace distinción entre judío y griego, pueblo circuncidado y pueblo pagano; ya no hay extranjero, bárbaro, esclavo u hombre libre, sino que Cristo es todo en todos.

Lucas 12: 13-21

[13].Uno de entre la gente pidió a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que me dé mi parte de la herencia.» [14].Le contestó: «Amigo, ¿quién me ha nombrado juez o repartidor entre ustedes?» [15].Después dijo a la gente: «Eviten con gran cuidado toda clase de codicia, porque aunque uno lo tenga todo, no son sus posesiones las que le dan vida.»
[16].A continuación les propuso este ejemplo: «Había un hombre rico, al que sus campos le habían producido mucho. [17].Pensaba: ¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mis cosechas. [18].Y se dijo: Haré lo siguiente: echaré abajo mis graneros y construiré otros más grandes; allí amontonaré todo mi trigo, todas mis reservas. [19].Entonces yo conmigo hablaré: Alma mía, tienes aquí muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, pásalo bien.» [20].Pero Dios le dijo: "¡Pobre loco! Esta misma noche te reclaman tu alma. ¿Quién se quedará con lo que has preparado?"
[21].Esto vale para toda persona que amontona para sí misma, en vez de acumular para Dios.»

Eclesiastés 1:2, 12-14; 2:18-23

[2].¡Esto no tiene sentido!, decía Qohelet, ¡esto no tiene sentido, nada a qué aferrarse! [3].¿Qué le queda al hombre de todas sus fatigas cuando trabaja tanto bajo el sol? [4].Una generación se va y viene la otra; pero la tierra permanece siempre. [5].El sol sale, el sol se pone, y no piensa más que en salir de nuevo.
[6].Va el viento hacia el sur, y luego gira al norte, y girando y girando, vuelve sobre sus giros. [7].Todos los ríos van al mar y el mar jamás se llena; por los mismos cauces que veían sus caudales ha pasado de nuevo su curso. [8].Hay mucho que decir, uno se cansaría de tanto hablar; El ojo no terminará de ver, el oído nunca terminará de oír, [9].pero lo que pasará es lo que ya pasó, y todo lo que se hará ha sido ya hecho. ¡No hay nada nuevo bajo el sol! [10].Si algo sucede y te dicen: "¡Mira, esto es nuevo!" no es así; las cosas que observan nuestros ojos ya pasaron en los siglos anteriores. [11].Nadie se acuerda de las cosas de antaño: será lo mismo con los asuntos actuales, y de todo lo que pueda ocurrir en el futuro un día nadie más se acordará.

EL HOMBRE, ESCLAVO DE SU PENSAMIENTO


[12].Yo, Qohelet, he sido rey de Israel en Jerusalén, [13].y me dediqué a investigar y comprender todo lo que se hace bajo el sol. Pero es una tarea ingrata que Dios ha dado a los hombres: todo es para humillarlos. [14].Miré de cerca todo lo que se hace bajo el sol: ¡no se tiene nada, se corre tras el viento!
2: [18].Me puse a detestar todas las molestias que me había dado bajo el sol, puesto que debo dejarlo todo al que vendrá después de mí. [19].¿Quién sabe si será sabio o insensato? Pero él sera quien recogerá el fruto de mis trabajos bajo el sol, en los que empeñé a la vez mi sabiduría y mis preocupaciones: ¡así es como todo se nos escapa!
[20].Comencé pues a arrepentirme de todo aquello por lo que me había afanado bajo el sol: [21].después de haber trabajado con inteligencia, sabiduría y habilidad, uno tiene que dejárselo todo a otro que nada ha hecho.
[22].¡Muy pésimo negocio es ese: todo se nos escapa! ¿Cómo gozará el hombre de todo aquello por lo cual ha trabajado bajo el sol, en medio de tantas fatigas y preocupaciones? [23].Pues todos sus días han sido penosos, a tal punto que perdía el sueño y aún de noche su corazón no descansaba. Eso es algo que no tiene sentido.

Comentario Eclesiastés 1:2, 12-14; 2:18-23

[1] ¡Todo es absurdo! ¡Uno se afana por nada! Estamos acostumbrados a la antigua traducción de este versículo: ¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad! En realidad, la primera palabra del libro designa en hebreo una pelusa. Lo que nada pesa y que se vuela al primer soplido, por lo tanto, una vanidad, una nada. Pero también es lo que escapa a nuestro intento: un porvenir incierto e ilusorio, o bien lo que no satisface al espíritu, y sobre lo cual nada se construye; es algo "desconcertante", que "no tiene sentido".
No hay nada nuevo bajo el sol. Los profetas veían el mundo dirigido por Yavé hacia un porvenir feliz y una reconciliación de la humanidad. Al contrario, en los otros pueblos se tenía la idea de que el mundo no hace más que repetir sin cesar los mismos acontecimientos, sucediéndose reinos, guerras, éxitos y fracasos. Para ellos, nada ocurría que fuera realmente nuevo y que pudiera dar a la humanidad el cumplimiento de sus deseos.
Con tales convicciones podría uno tratar de olvidar lo que pasa en un mundo donde todo es ilusión, pero no es ese el caso del Eclesiastés. Como todo buen judío, está arraigado firmemente en la realidad; vive en una época sin conflictos, pero también sin profetas y grandes esperanzas. En tales condiciones, lo sabio es rechazar las ilusiones del activismo.
Bajo el sol. Estas palabras se repetirán en el libro como un refrán: el hombre se afana y pasa como sombra, mientras que el sol permanece. El sol es como la figura de Dios que permanece y que sólo actúa «con miras a la eternidad» (3,14).
Mientras más se sabe, más se sufre. La misma inquietud está presente en el mundo de hoy. Los promotores de la ciencia afirmaron que el progreso iba a liberar al hombre de todo mal. Nuestro siglo ha perdido esa seguridad: el desarrollo no es un camino a la vida fácil, el hombre es esclavo de su cerebro y de su ciencia, obligado a asumir las consecuencias cada vez más terribles. No puede detenerse, pero no sabe adónde va.

2: [1] Y detesté todo el trabajo que me había dado. Otros van a gastar tdo aquello por lo cual se sacrificó. Pero entiende también que no ha ganado nada bajo el sol, nada que esté más allá de las cosas que mueren.
Allí se ve fácilmente la continua evasión de nuestra vida: siempre andamos a la carrera preparando una nueva etapa de la vida, más estable, más satisfactoria, y a lo mejor cuando jubilemos, no seremos capaces de evitar el aburrimiento. ¡Cuántos mueren después de obtener su jubilación porque ya no tienen una razón de luchar y de vivir!
Si la suerte del insensato es también la mía... (15). Este es el punto central de la crítica a la existencia humana. No sólo los israelitas sino también los hombres de todos los países han contado con la justicia divina, y siempre han viso sus manifestaciones en los acontecimientos grandes y pequeños. Pero esto sólo satisface un momento. El pueblo judío había sido trabajado por la palabra de Dios, pero los frutos todavía no aparecían: el libro del Eclesiastés, al igual que el de Job y que el de Sirac, es el testigo de una época que no se atrevía ni podía aún creer en la Resurrección.

Lucas 12:13-21

LA CODICIA. - LA PRODUCCION

[13] ¿Quién me ha nombrado juez o repartidor entre ustedes? Jesús no resuelve pleitos judiciales como hacían los maestros de la Ley, por el hecho de que la Ley decidía tanto sobre asuntos civiles como sobre cuestiones religiosas. Eso le permitió reservar su autoridad para lo esencial: desenmascarar la codicia que nos domina es más importante que examinar los derechos de cada uno.
Eviten con gran cuidado toda clase de codicia (15). No se trata de que vivamos resignados con la mediocridad o la miseria, de que estemos conformes con dormir diez personas en la misma pieza o marginados de la educación. Pues sabemos que todo esto impide el desarrollo de las personas conscientes de su dignidad y de su vocación divina. Toda la Biblia aspira a formar una comunidad humana auténtica, que no puede existir mientras unos pocos sean dueños de la riqueza, de la cultura y las responsabilidades.
Pero una cosa es buscar la justicia porque sin ella no hay paz ni comunión, y otra es fijarse en lo que tienen otros para compartir su codicia. Hoy pretendemos exigir la justicia, pero mañana solamente nos preocuparemos por tener más. Esta codicia nunca nos permitirá descansar y, desde ya, nos cierra la puerta del Reino.
No son sus posesiones las que le dan vida. Que tu preocupación por obtener lo que te falta no te haga descuidar lo que hoy te daría vida. Aquí deberíamos dejar la palabra a todos esos hermanos nuestros que, sumidos en la pobreza o la marginación, siguen siendo personas que viven, en el sentido más fuerte de la palabra; ¿debemos tener compasión de ellos, o bien hemos de contarlos entre los pocos que ya gozan del Reino de Dios?
Uno de los mayores obstáculos que se presenta en el esfuerzo por liberar a los pueblos es su propia codicia. El día que acepten participar en los grandes boicots y no se dejen dividir por las promesas en beneficio de tal o cual categoría, serán más fuertes que cualquier trust o mafia, y encontrarán la vida como pueblos.
¿Qué voy a hacer? El rico de la parábola proyectaba construir graneros más amplios para su solo beneficio, y Jesús lo condena. También nosotros debemos preguntarnos sobre lo quedeberíamos cambiar en nuestro comportamiento para que la economía permita una distribución mejor de las riquezas.
El que trabaja para Dios sabe encontrar su felicidad en el momento. Procura crear donde vive un tejido de relaciones sociales mediante las cuales cada uno da a los demás y recibe de ellos, en vez de ambicionar y conquistar las cosas en forma egoísta.

Colosenses 3:1-11
[1] Aquí encontramos lo que ya se dijo sobre el bautismo (2,12), que nos une a Cristo y nos hace participar de todas sus riquezas. Ya que Cristo desapareció de la tierra, nosotros también la dejamos: lo mejor de nuestra vida, lo que nos mueve a actuar no se ve y no es de la tierra. Sólo Dios conoce las riquezas del corazón del creyente, aun cuando su vida aparezca manchada por faltas y debilidades; un día Dios manifestará la bondad, la gloria que no vemos todavía (ver Mt 25,31-46).

[9] Ver Efesios 4,20-24, donde Pablo desarrolla la misma idea del hombre nuevo creado en Cristo, y de hombre viejo que hay que abandonar.
Mientras el hombre viejo es un egoísta, esclavizado por sus pasiones, el hombre nuevo se caracteriza por su actitud comunitaria, siempre preocupado por los demás. Y vive con el corazón agradecido.

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