domingo, 21 de octubre de 2012

Sermón y Lecturas del Domingo 21 de octubre 21º después de Pentecostés


LECTURAS

Hebreos 5: 1-10
[1] Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres, y le piden representarlos ante Dios y presentar sus ofrendas y víctimas por el pecado. [2] Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad; [3] por esta razón debe ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo. [4] Pero nadie se apropia esta dignidad, sino que debe ser llamado por Dios, como lo fue Aarón. [5] Y tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que dice: Tú eres mi Hijo; te he dado vida hoy mismo. [6] Y en otro lugar se dijo: Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. [7] En los días de su vida mortal, presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la muerte; este fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su religiosa sumisión. [8] Aunque era Hijo, aprendió en su pasión lo que es obedecer. [9] Y ahora, llegado a su perfección, es fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen, [10] conforme a la misión que recibió de Dios: sacerdote a semejanza de Melquisedec. USTEDES DEBERÍAN SER MAESTROS

Isaías 45:1-7

[1] Así habla Yavé a Ciro, su ungido: «Yo te he llevado de la mano para doblegar a las naciones y desarmar a los reyes. Hice que las puertas se abrieran ante ti y no volvieran a cerrarse. [2] Yo iré delante de ti y aplanaré las pendientes, destrozaré las puertas de bronce y romperé las trancas de hierro. [3] Te daré los tesoros secretos y las riquezas escondidas, para que sepas que Yo soy Yavé, el Dios de Israel que te llamó por tu nombre. [4] Por amor a mi servidor Jacob, a Israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre y te he lanzado sin que tú me conocieras. [5] Yo soy Yavé, y no hay otro igual, fuera de mí no hay ningún otro Dios. Sin que me conocieras estuve contigo, [6] para que todos sepan, del oriente al poniente, que nada existe fuera de mí. [7] Yo soy Yavé, y no hay otro más; yo enciendo la luz y creo las tinieblas, yo hago la felicidad y provoco la desgracia, yo, Yavé, soy el que hace todo esto.

Marcos 10:35-45
[35] Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.» [36] El les dijo: «¿Qué quieren de mí?» [37] Respondieron: «Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria.» [38] Jesús les dijo: «Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo estoy bebiendo o ser bautizados como yo soy bautizado?» [39] Ellos contestaron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «Pues bien, la copa que yo bebo, la beberán también ustedes, y serán bautizados con el mismo bautismo que yo estoy recibiendo; [40] pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí el concederlo; eso ha sido preparado para otros.» [41] Cuando los otros diez oyeron esto, se enojaron con Santiago y Juan. [42] Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. [43] Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, [44] y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos. [45] Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre.» EL CIEGO DE JERICÓ (MT 20,29; LC 18,35)

domingo, 14 de octubre de 2012

Sermón y Lecturas del Domingo 14 de octubre 20º después de Pentecostés



LECTURAS

Amos 5: 6-7, 10-15
[6] Busquen a Yavé y vivirán, no sea que él mande fuego sobre la casa de José y la consuma, sin que haya nadie para apagarlo. El formó la Pléyade y Orión, él cambia las tinieblas en aurora y el día claro en noche oscura. [7] ¡Ay de ustedes, que transforman las leyes en algo tan amargo como el ajenjo y tiran por el suelo la justicia! [10] Ustedes odian al que defiende lo justo en el tribunal y aborrecen a todo el que dice la verdad. [11] Pues bien, ya que ustedes han pisoteado al pobre, exigiéndole una parte de su cosecha, esas casas de piedras canteadas que edifican no las van a ocupar, y de esas cepas escogidas que ahora plantan no probarán el vino. [12] Pues yo sé que son muchos sus crímenes y enormes sus pecados, opresores de la gente buena, que exigen dinero anticipado y hacen perder su juicio al pobre en los tribunales. [13] Por esto el hombre prudente tiene que callarse, pues estamos pasando días infelices. EL DÍA DE YAVÉ SERÁ TINIEBLAS [14] Busquen el bien y no el mal si quieren vivir, para que así Yavé esté con ustedes, como de continuo repiten. [15] Aborrezcan el mal y amen el bien, impongan la justicia en sus tribunales, y quizá Yavé Sabaot se apiade del resto de José.

Hebreos 4: 12-16
[12] En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, los huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseos y los pensamientos más íntimos. [13] No hay criatura a la que su luz no pueda penetrar; todo queda desnudo y al descubierto a los ojos de aquél al que rendiremos cuentas.Cristo es nuestro sumo sacerdote [14] Tenemos, pues, un Sumo Sacerdote excepcional, que ha entrado en el mismo cielo, Jesús, el Hijo de Dios. Esto es suficiente para que nos mantengamos firmes en la fe que profesamos. [15] Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado. [16] Por lo tanto, acerquémonos con plena confianza al Dios de bondad, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno.

Marcos 10: 17-31
[17] Jesús estaba a punto de partir, cuando un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?» [18] Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. [19] Ya conoces los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas cosas falsas de tu hermano, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.» [20] El hombre le contestó: «Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven.» [21] Jesús fijó su mirada en él, le tomó cariño y le dijo: «Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme.» [22] Al oír esto se desanimó totalmente, pues era un hombre muy rico, y se fue triste. MÁS FÁCILMENTE PASARÁ UN CAMELLO. [23] Entonces Jesús paseó su mirada sobre sus discípulos y les dijo: «¡Qué difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas!» [24] Los discípulos se sorprendieron al oír estas palabras, pero Jesús insistió: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! [25] Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios.» [26] Ellos se asombraron todavía más y comentaban: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?» [27] Jesús los miró fijamente y les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.» LA RECOMPENSA PARA LOS QUE SIGUEN A JESÚS (MT 19,27; LC 18,28) [28] Entonces Pedro le dijo: «Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte.» [29] Y Jesús contestó: «En verdad les digo: Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mi causa y por el Evangelio quedará sin recompensa. [30] Pues, aun con persecuciones, recibirá cien veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, hijos y campos, y en el mundo venidero la vida eterna. [31] Entonces muchos que ahora son primeros serán últimos, y los que son ahora últimos serán primeros.» POR TERCERA VEZ JESÚS ANUNCIA SU PASIÓN (MT 20,17; LC 18,31)