domingo, 27 de mayo de 2012

Sermón y Lecturas de Pentecostés 2012


LECTURAS

Ezequiel 37:1-14
HUESOS SECOS, ESCUCHEN LA PALABRA DE YAVÉ [1] La mano de Yavé se posó sobre mí. Yavé me hizo salir por medio de su espíritu. Me depositó en medio de un valle, que estaba lleno de huesos humanos. [2] Me hizo recorrer el valle en todos los sentidos; los huesos esparcidos por el suelo eran muy numerosos, y estaban completamente secos. [3] Entonces me dijo: "¿Hijo de hombre, podrán revivir estos huesos?" Respondí: "Yavé, tú lo sabes". [4] Me dijo: "Profetiza con respecto a estos huesos, les dirás: ¡Huesos secos, escuchen la palabra de Yavé! [5] Esto dice Yavé a estos huesos: Haré que entre en ustedes un espíritu, y vivirán. [6] Pondré en ustedes nervios, haré que brote en ustedes la carne, extenderé en ustedes la piel, colocaré en ustedes un espíritu y vivirán: y sabrán que yo soy Yavé". [7] Hice según lo que se me había ordenado y, mientras profetizaba, se produjo una gran agitación: los huesos se acercaron unos a otros. [8] Miré: vi cómo se cubrían de nervios, brotaba la carne y se extendía sobre ellos la piel. Pero no había en ellos espíritu. [9] Entonces me dijo: "¡Profetiza, hijo de hombre, llama al Espíritu! Dirás al Espíritu: Esto dice Yavé:¡ Espíritu, ven desde los cuatro vientos, sopla sobre estos muertos para que vivan! [10] Profeticé según la orden que había recibido y el Espíritu entró en ellos; recuperaron la vida se levantaron sobre sus pies: era una multitud grande, inmensa. [11] Yavé me dijo entonces: Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ahora dicen: "Nuestros huesos se han secado, nuestras esperanzas han muerto, hemos sido rechazados". [12] Por eso profetiza. Les dirás esta palabra de Yavé: "Voy a abrir las tumbas de ustedes, oh pueblo mío, haré que se levanten de sus tumbas y los traeré de vuelta a la tierra de Israel. [13] Entonces, cuando haya abierto sus tumbas y los haya hecho levantarse, sabrán que yo soy Yavé. [14] Pondré en ustedes mi Espíritu y vivirán; los estableceré en su tierra y sabrán que yo, Yavé, lo dije y lo hice. -palabra de Yavé.

Hechos 2:1-21
LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO [1] Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. [2] De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, [3] y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. [4] Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran. [5] Estaban de paso en Jerusalén judíos piadosos, llegados de todas las naciones que hay bajo el cielo. [6] Y entre el gentío que acudió al oír aquel ruido, cada uno los oía hablar en su propia lengua. Todos quedaron muy desconcertados [7] y se decían, llenos de estupor y admiración: «Pero éstos ¿no son todos galileos? ¡Y miren cómo hablan! [8] Cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa. [9] Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, del Ponto y Asia, [10] de Frigia, Panfilia, Egipto y de la parte de Libia que limita con Cirene. Hay forasteros que vienen de Roma, unos judíos y otros extranjeros, que aceptaron sus creencias, [11] cretenses y árabes. Y todos les oímos hablar en nuestras propias lenguas las maravillas de Dios.» [12] Todos estaban asombrados y perplejos, y se preguntaban unos a otros qué querría significar todo aquello.» [13] Pero algunos se reían y decían: «¡Están borrachos!» JESÚS ES PROCLAMADO POR PRIMERA VEZ [14] Entonces Pedro, con los Once a su lado, se puso de pie, alzó la voz y se dirigió a ellos diciendo: «Amigos judíos y todos los que se encuentran en Jerusalén, escúchenme, pues tengo algo que enseñarles. [15] No se les ocurra pensar que estamos borrachos, pues son apenas las nueve de la mañana, [16] sino que se está cumpliendo lo que anunció el profeta Joel: [17] Escuchen lo que sucederá en los últimos días, dice Dios: derramaré mi Espíritu sobre cualesquiera que sean los mortales. Sus hijos e hijas profetizarán,
los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos. [18] En aquellos días derramaré mi Espíritu sobre mis siervos y mis siervas y ellos profetizarán. [19] Haré prodigios arriba en el cielo y señales milagrosas abajo en la tierra. [20] El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes de que llegue el Día grande del Señor. [21] Y todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará

Juan 15: 26-27; 16: 4b-15
[26] Cuando venga el Protector que les enviaré desde el Padre, por ser él el Espíritu de verdad que procede del Padre, dará testimonio de mí. [27] Y ustedes también darán testimonio de mí, pues han estado conmigo desde el principio. 16:4b-No les hablé de esto al principio porque estaba con ustedes. [5] Pero ahora me voy donde Aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. [6] Se han llenado de tristeza al oír lo que les dije, [7] pero es verdad lo que les digo: les conviene que yo me vaya, porque mientras yo no me vaya, el Protector no vendrá a ustedes. Yo me voy, y es para enviarselo. [8] Cuando venga él, rebatirá al mundo en lo que toca al pecado, al camino de justicia y al juicio. [9] ¿Qué pecado? Que no creyeron en mí. [10] ¿Qué camino de justicia? Mi partida hacia el Padre mientras ustedes ya no me vean. [11] ¿Qué juicio? El del gobernador de este mundo: ya ha sido condenado. [12] Aún tengo muchas cosas que decirles, pero es demasiado para ustedes por ahora. [13] Y cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, los guiará en todos los caminos de la verdad. El no viene con un mensaje propio, sino que les dirá lo que escuchó y les anunciará lo que ha de venir. [14] El tomará de lo mío para revelárselo a ustedes, y yo seré glorificado por él. [15] Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío para revelárselo a ustedes.» LA PROMESA DE UNA NUEVA PRESENCIA

domingo, 13 de mayo de 2012

Sermón y Lecturas del Sexto Domingo de Pascua 2012


LECTURAS

1 Juan 5: 1-6
DE DIOS VIENE LA FE [1] Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Si amamos al que da la vida, amamos también a quienes han nacido de él; [2] y por eso, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandatos, con toda certeza sabemos que amamos a los hijos de Dios. [3] Amar a Dios es guardar sus mandatos, y sus mandatos no son pesados. [4] Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo, y la victoria en que el mundo ha sido vencido es nuestra fe. [5] ¿Quién ha vencido al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? [6] El es el que viene por el agua y la sangre: Jesucristo; y no sólo por el agua, sino por el agua y la sangre; y el espíritu también da su testimonio, el Espíritu que es la verdad.

Hechos 10:44-48
[44] Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo bajó sobre todos los que escuchaban la Palabra. [45] Y los creyentes de origen judío, que habían venido con Pedro, quedaron atónitos: «¡Cómo! ¡Dios regala y derrama el Espíritu Santo también sobre los que no son judíos!» [46] Y así era, pues les oían hablar en lenguas y alabar a Dios. [47] Entonces Pedro dijo: «¿Podemos acaso negarles el agua y no bautizar a quienes han recibido el Espíritu Santo como nosotros?» [48] Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Luego le pidieron que se quedara algunos días con ellos.


Juan 15:9-17
[9] Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor. [10] Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. [11] Les he dicho todas estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa. [12] Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. [13] No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, [14] y son ustedes mis amigos, si cumplen lo que les mando. [15] Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre. [16] Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre. [17] Ámense los unos a los otros: esto es lo que les mando. EL MUNDO ODIA A JESÚS Y A LOS SUYOS

domingo, 6 de mayo de 2012

Sermón y Lecturas del Quinto Domingo de Pascua 2012


LECTURAS

Hechos 8: 26-40
[26] Un ángel del Señor se presentó a Felipe y le dijo: «Dirígete hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza; no pasa nadie en esos momentos.» [27] Felipe se levantó y se puso en camino. Y justamente pasó un etíope, un eunuco de Candaces, reina de Etiopía, un alto funcionario al que la reina encargaba la administración de su tesoro. Había ido a Jerusalén a rendir culto a Dios, [28] y ahora regresaba, sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías. [29] El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate a ese carro y quédate pegado a su lado.» [30] Y mientras Felipe corría, le oía leer al profeta Isaías. Le preguntó: «¿Entiendes lo que estás leyendo?» [31] El etíope contestó: «¿Cómo lo voy a entender si no tengo quien me lo explique?» En seguida invitó a Felipe a que subiera y se sentara a su lado. [32] El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: Fue llevado como oveja al matadero, como cordero mudo ante el que lo trasquila, no abrió su boca. [33] Fue humillado y privado de sus derechos. ¿Quién podrá hablar de su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra. [34] El etíope preguntó a Felipe: «Dime, por favor, ¿a quién se refiere el profeta? ¿A sí mismo u a otro?» [35] Felipe empezó entonces a hablar y a anunciarle a Jesús, partiendo de este texto de la Escritura. [36] Siguiendo el camino llegaron a un lugar donde había agua. El etíope dijo: «Aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?» ([37] Felipe respondió: «Puedes ser bautizado si crees con todo tu corazón.» El etíope replicó: «Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.») [38] Entonces hizo parar su carro. Bajaron ambos al agua y Felipe bautizó al eunuco [39] Apenas salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y el etíope no volvió a verlo. Prosiguió, pues, su camino con el corazón lleno de gozo. [40] En cuanto a Felipe, se encontró en Azoto y salió a evangelizar uno tras otro todos los pueblos hasta llegar a Cesarea.


1 Juan 4:7-21
[7] Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. [8] El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor. [9] Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él. [10] En esto está el amor; no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados. [11] Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos mutuamente. [12] A Dios no lo ha visto nadie jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor da todos sus frutos entre nosotros. [13] Y ¿cómo sabemos que permanecemos en Dios y él en nosotros? Porque nos ha comunicado su Espíritu. [14] Pero también hemos visto nosotros, y declaramos, que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. [15] Quien reconozca que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. [16] Por nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es amor: el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él. [17] Cuando el amor alcanza en nosotros su perfección, miramos con confianza al día del juicio, porque ya somos en este mundo como es El. [18] En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme, no conoce el amor perfecto. [19] Amemos, pues, ya que él nos amó primero. [20] Si uno dice «Yo amo a Dios» y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. [21] Pues este es el mandamiento que recibimos de él: el que ama a Dios, ame también a su hermano.


Juan 15:1-8
YO SOY LA VID: PRODUZCAN FRUTOS EN MÍ [1] «Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. [2] Toda rama que no da fruto en mí, la corta. Y toda rama que da fruto, la limpia para que dé más fruto. [3] Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he anunciado, [4] pero permanezcan en mí como yo en ustedes. Una rama no puede producir fruto por sí misma si no permanece unida a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí. [5] Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, pero sin mí, no pueden hacer nada. [6] El que no permanece en mí lo tiran y se seca; como a las ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman. [7] Mientras ustedes permanezcan en mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. [8] Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos: entonces pasan a ser discípulos míos.