domingo, 27 de febrero de 2011

Sermón y Lecturas del Domingo 27 de Febrero de 2011



LECTURAS

1 Corintios 4:1-5

[1] Vean, pues, en nosotros a servidores de Cristo y a administradores de las obras misteriosas de Dios. [2] Si somos administradores, entiendo que se nos exigirá cumplir. [3] Pero a mí no me importa lo más mínimo cómo me juzgan ustedes o cualquier autoridad humana. Y tampoco quiero juzgarme a mí mismo. [4] A pesar de que no veo nada que reprocharme, eso no basta para justificarme: el Señor me juzgará. [5] Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. El sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece.

Isaías 49: 8-16ª

[8] Yavé te asegura: En el momento oportuno te atendí, al día de la salvación, te socorrí. Quise que fueras la alianza del pueblo, que reconstruyeras el país, y entregaras a sus dueños las propiedades destruidas, [9] Dirás a los prisioneros: «¡Salgan!», a los que están en la oscuridad: «Salgan a la luz.» A lo largo del camino pastarán y no les faltará el pasto ni en los cerros pelados. [10] No padecerán hambre ni sed, y no estarán expuestos al viento quemante ni al sol; pues el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta donde están las vertientes de agua. [11] Haré caminos a través de las montañas y pavimentaré los senderos.. [12] Y ahora vuelven del país lejano, otros del Norte y del Oeste, aquéllos del Sur de Egipto. CUANDO TU MADRE TE OLVIDE [13] ¡Cielos, griten de alegría! ¡Tierra, alégrate! Cerros, salten y canten de gozo porque Yavé ha consolado a su pueblo y se ha compadecido de los afligidos. [14] Y Sión decía: «Yavé me ha abandonado y el Señor se ha olvidado de mí.» [15] Pero, ¿puede una mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues bien, aunque alguna lo olvidase, yo nunca me olvidaría de ti. [16] Mira cómo te tengo grabada en la palma de mis manos. y nunca dejé de pensar en tus murallas

Mateo 6: 24-34

[24] Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero. [25] Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa? [26] Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves? [27] ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? [28] Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. [29] Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como una de ellas. [30] Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! [31] No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas para vestirnos? [32] Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. [33] Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas cosas. [34] No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.