domingo, 8 de agosto de 2010

11º Domingo de Pentecostes: 8 de Agosto de 2010


LECTURAS:

Génesis 15:1-6

[1].Después de estos sucesos, Yavé dirigió su palabra a Abram en una visión, y le dijo: «No temas, Abram, yo soy tu protector. Tu recompensa será muy grande.» [2].Abram respondió: «Señor Yavé, ¿qué me quieres dar? Soy un hombre sin hijos, y todo lo que poseo pasará a Eliezer de Damasco. [3].Ya que no me diste descendencia, tendré por heredero a uno de mis sirvientes.»
[4].Entonces le llegó una palabra de Yavé: «Tu heredero no será Eliezer, sino un hijo tuyo, nacido de tu propia carne y sangre.» [5].Yavé lo sacó afuera y le dijo: «Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes. Así será tu descendencia.»
[6].Y creyó Abram a Yavé, el que lo tuvo en adelante por un hombre justo.


Hebreos 11:1-3, 8-16

[1].Innumerables son estos testigos, y nos envuelven como una nube. Depongamos, pues, toda carga inútil, y en especial las amarras del pecado, para correr hasta el final la prueba que nos espera.
[2].Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. [3].Piensen en Jesús, que sufrió tantas contradicciones de parte de gente mala, y no les faltarán las fuerzas ni el ánimo.
[8].Si no conocieran la corrección, que ha sido la suerte de todos, serían bastardos y no hijos.
[9].Además, cuando nuestros padres según la carne nos corregían, los respetábamos. ¿No deberíamos someternos con mayor razón al Padre de los espíritus para tener vida? [10].Nuestros padres nos corregían sin ver más allá de la vida presente, tan corta, mientras que El mira a lo que nos ayudará a alcanzar su propia santidad. [11].Ninguna corrección nos alegra en el momento, más bien duele; pero con el tiempo, si nos dejamos instruir, traerá frutos de paz y de santidad.
[12].Por lo tanto, levanten las manos caídas y fortalezcan las rodillas que tiemblan, [13].enderecen los caminos tortuosos por donde han de pasar, para que el cojo no se pierda y más bien se mejore.

PROGRESEN EN LA SANTIDAD

[14].Procuren estar en paz con todos y progresen en la santidad, pues sin ella nadie verá al Señor. [15].Cuídense, no sea que alguno de ustedes pierda la gracia de Dios y alguna raíz amarga produzca brotes, perjudicando a muchos. [16].Que no haya ningún inmoral, impío como Esaú, que por un guiso entregó sus derechos sagrados de hijo mayor.

Lucas 12: 32-40

[32].No temas, pequeño rebaño, porque al Padre de ustedes le agradó darles el Reino. [33].Vendan lo que tienen y repártanlo en limosnas. Háganse junto a Dios bolsas que no se rompen de viejas y reservas que no se acaban; allí no llega el ladrón, y no hay polilla que destroce. [34].Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.

ESTÉN PREPARADOS


[35].Tengan puesta la ropa de trabajo y sus lámparas encendidas. [36].Sean como personas que esperan que su patrón regrese de la boda para abrirle apenas llegue y golpee a la puerta. [37].Felices los sirvientes a los que el patrón encuentre velando a su llegada. Yo les aseguro que él mismo se pondrá el delantal, los hará sentar a la mesa y los servirá uno por uno. [38].Y si es la medianoche, o la madrugada cuando llega y los encuentra así, ¡felices esos sirvientes!
[39].Si el dueño de casa supiera a qué hora vendrá el ladrón, ustedes entienden que se mantendría despierto y no le dejaría romper el muro. [40].Estén también ustedes preparados, porque el Hijo del Hombre llegará a la hora que menos esperan.»

Comentario Génesis 15:1-6

[1] Señor Yavé, yo voy a morir sin hijos. A partir de cierta edad el hombre se inquieta por lo que va a quedar de su vida: su matrimonio, sus hijos, sus años de trabajo. En ese preciso momento Abrahán demuestra su fe al confiar en promesas aparentemente irrealizables. La Alianza con Dios es el comienzo de una amistad recíproca.
Yavé lo consideró justo. No: porque tú eres un hombre muy bueno, o: porque has ayudado mucho a tu prójimo, o: porque me has servido durante muchos años..., sino porque te dije: «No temas»; y tú has puesto en mis manos todas tus angustias.
Aquel día Yavé firmó una Alianza con Abram (18). Se habla mucho de Alianza a lo largo de la Biblia, pero ¿qué significa esto de que Dios hace alianza con los hombres?
Dios ama a todos los hombres y a todos los quiere salvar, aun cuando ellos no lo conozcan. Pero también quiere llevar a su madurez la raza humana y, para que esto se haga realidad, es necesario que en el mundo una minoría, por lo menos, haya encontrado a Dios en forma personal, siendo este encuentro el principio de las experiencias más valiosas.
Es así como, a lo largo de la historia, Dios llama a los que El ha elegido según su designio y predestinación eterna. Al hacer con ellos un pacto o alianza, les da la oportunidad de entrar en una vida de fidelidad. Estos conocerán a Dios como persona viva y lo tratarán como tal.
Por eso, al empezar su obra de salvación en la historia humana, Dios quiere que un hombre, por lo menos, comparta su secreto y se alce a la altura de sus proyectos: Abrahán creyó a Dios.
Mediante esa fe, el decreto eterno de Dios se hospeda en el corazón y la mente de un creyente, y eso vale más que un montón de obras buenas. En adelante, una complicidad misteriosa une para siempre a Abrahán y a Dios: ésta es la Alianza.
Dios hace con Abrahán una Alianza según las costumbres de aquella época. Cuando los hombres firmaban un pacto, ambos pasaban entre las dos mitades de un animal sacrificado (ver Jer 34,18). Abrahán cumple con ese rito y, por Dios, pasa un fuego que lo representa, ya que es él el que se compromete y hace la promesa.
La fe nos hace amigos de Dios: Hab 2,4; Rom 4,2; Gál 3,6; Heb 11,11.

Lucas 12:32-40

LA IGLESIA POBRE

[32] No temas, pequeño rebaño. En ningún lugar del Evangelio Jesús nos deja creer que, con el tiempo, la mayoría de la humanidad se convertirá. Sabemos que el mundo no cristiano es mucho más numeroso que el mundo «cristiano» y que crece más rápidamente. Mientras en el mundo «cristiano» muchas personas dejan la práctica religiosa, comprendemos mejor que la Iglesia es a la vez una señal y un pequeño rebaño.
Jesús nos pide a cada uno de nosotros el desprendimiento. También se lo pide al rebaño como tal. Lo importante para la Iglesia no es construir instituciones poderosas ni conquistar puestos de mando en la sociedad «para mayor gloria de Dios». Una Iglesia que aguarda el regreso del Maestro se preocupa sobre todo de estar lista para hacer sus maletas, esté donde esté, cuando el Señor le señale nuevos caminos, pidiéndole que vuelva a ser misionera.
Al Padre de ustedes le agradó darles el Reino. Comparar con Lc 10,23 y Mt 16,16. Si queremos amar de verdad al Padre, debemos dar testimonio de que él nos ha elegido para ser en el mundo el pequeño rebaño que va a lo esencial.
Vendan lo que tienen. ¿Está convencido el pueblo de que la Iglesia actúa de esa manera? Los cristianos se alegran cuando su obispo o su pastor condena la injusticia y recuerda los derechos de los obreros y de los marginados; pero no basta con predicar a los demás. Dios les exige a todos justicia, y a su Iglesia pobreza. Nuestro llamado a la justicia no será escuchado mientras la Iglesia misma no acepte todo el Evangelio.

[35] Jesús desarrolla la comparación del servidor que espera la vuelta de su patrón. Ese servidor se contrapone al rico de la parábola anterior, únicamente preocupado por una vida larga y cómoda. El «acumula para Dios».
Felices los sirvientes a los que el patrón encuentre velando (37). Velando, o sea, preocupados por lo que será el mundo del mañana. Velando: esto significa también quedar despierto y lúcido en todo lo que toca a la verdad; no aceptamos llamar al bien mal y al mal bien; no nos damos la absolución por consentir el mal y acobardarnos frente a la injusticia.
El Hijo del Hombre llegará a la hora que menos esperan (40). No pensemos solamente en el día de la muerte, ni tengamos miedo al juicio de Dios, si vivimos en su gracia. Jesús nos habla del patrón que vuelve de las bodas, tan alegre que invierte todo el orden establecido para ponerse a servir a sus servidores. Tal vez llevamos años sirviendo a Dios. ¿Cómo no llegaríamos a esta otra etapa de la vida espiritual en que parece que Dios solamente se preocupa por regalarnos y festejarnos?
Pedro preguntó (41). Este nuevo párrafo se dirige a los responsables de la Iglesia.
Mi patrón llegará tarde (45). Los responsables pueden traicionar su misión. Más a menudo cometen el error de no ver más que el buen funcionamiento de las instituciones, y olvidan la o las venidas de Cristo.
Dios viene en cada momento a través de los acontecimientos que echan a perder nuestros planes. Por tanto la Iglesia no debe contar demasiado con la planificación de su actividad; ¿sabe alguien lo que Dios nos reserva para mañana? Más bien debe cuidar la oración y la disponibilidad para que el Señor le conceda estar en la mejor posición cuando él sacuda nuestro pequeño universo.
Estén despiertos para admirar, alegrarse, descubrir la presencia de Dios y sus favores que iluminan nuestra vida.


Hebreos 11:1-3, 8-16

[1] Tres consideraciones para permanecer firmes en la prueba:
- Pensar en Jesús y en sus sufrimientos.
- Pensar en la comunión de los santos.
- Pensar que la prueba nos viene del Padre.
Al Padre de los espíritus (9). En Números 16,22, Moisés ora al «Dios de los espíritus de todos los hombres». Con esto recuerda que Dios conoce a los hombres en profundidad, y por tanto conoce su miseria; no puede castigarlos con demasiada severidad.

[14] Después de esta larga invitación a vivir de la fe, el autor parece que quisiera pasar a cosas más prácticas (vs. 14-15), pero inmediatamente vuelve a ensalzar el don excepcional que es la fe en Cristo. Recuerda a sus lectores la experiencia que han vivido cuando fueron bautizados y recibieron los dones del Espíritu.
Ustedes se han acercado al cerro de Sión (22). Esa montaña, sobre la que estaba construida Jerusalén, era para los judíos la imagen de la ciudad celestial. Pero justamente en el momento de su bautismo los creyentes han vivido en diferentes grados una experiencia auténticamente «celestial». Y la han vivido en un contexto comunitario en el que han tomado conciencia de lo que es la Iglesia santa. Han entrado en la familia de Dios, de los santos y de los ángeles. Tal vez supieron algo de ese centro misterioso en el que se decide el destino del mundo y donde se encuentra Jesús en persona. No habrá que olvidar, más tarde, las experiencias que se vivieron en tiempos de luz.

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