domingo, 25 de julio de 2010

9º Domingo de Pentecostés: 25 de Julio de 2010


LECTURAS:


Colosenses 2:6-15 (16-19)

[6].Han recibido a Cristo Jesús como el Señor; tomen, pues, su camino. [7].Permanezcan arraigados en él y edificados sobre él; estén firmes en la fe, tal como fueron instruidos, y siempre dando gracias. [8].Cuídense de que nadie los engañe con sabidurías o con cualquier teoría hueca, que no son más que doctrinas humanas; pues este es el camino del mundo, y no el de Cristo. [9].Piensen que en él permanece toda la plenitud de Dios en forma corporal. [10].En él ustedes lo tienen todo, pues él está por encima de todos los poderes y autoridades sobrenaturales.

BAUTIZADOS Y RESUCITADOS

[11].En Cristo recibieron una circuncisión no humana, no quirúrgica, que los despojó enteramente del cuerpo carnal. Esta «circuncisión de Cristo» [12].es el bautismo, en el cual fueron sepultados con Cristo. Y en él fueron luego resucitados por haber creído en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
[13].Ustedes estaban muertos por sus pecados, y su misma persona no estaba circuncidada, pero Dios los hizo revivir junto a Cristo: ¡nos perdonó todas nuestras faltas!
[14].Anuló el comprobante de nuestra deuda, esos mandamientos que nos acusaban; lo clavó en la cruz y lo suprimió. [15].Les quitó su poder a las autoridades del mundo superior, las humilló ante la faz del mundo y las llevó como prisioneros en el cortejo triunfal de su cruz.

LAS PROHIBICIONES INÚTILES

[16].Por tanto, que nadie los venga a criticar por lo que comen o beben, por no respetar fiestas, lunas nuevas o el día sábado. [17].Tales cosas no eran más que sombras, mientras que lo real es la persona de Cristo. [18].No permitan que se lo quite quienes vienen con una religión muy temerosa y que sirven a los ángeles. En realidad sólo hacen caso de sus propias visiones y se inflan con sus propios pensamientos, [19].en vez de mantenerse en contacto estrecho con aquel que es la cabeza. El mantiene la unidad del cuerpo entero por un conjunto de nervios y ligamentos, y le da firmeza haciéndolo crecer según Dios.

Lucas 11:1-13

[1].Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Al terminar su oración, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.» [2].Les dijo: «Cuando recen, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino. [3].Danos cada día el pan que nos corresponde. [4].Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe. Y no nos dejes caer en la tentación.» [5].Les dijo también: «Supongan que uno de ustedes tiene un amigo y va a medianoche a su casa a decirle: «Amigo, préstame tres panes, [6].porque un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo nada que ofrecerle». [7].Y el otro le responde a usted desde adentro: «No me molestes; la puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos ya acostados; no puedo levantarme a dártelos». [8].Yo les digo: aunque el hombre no se levante para dárselo porque usted es amigo suyo, si usted se pone pesado, al final le dará todo lo que necesita. [9].Pues bien, yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la puerta y les abrirán. [10].Porque todo el que pide recibe, el que busca halla y al que llame a la puerta, se le abrirá. [11].¿Habrá un padre entre todos ustedes, que dé a su hijo una serpiente cuando le pide pan? [12].Y si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión? [13].Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará espíritu santo a los que se lo pidan!»

Génesis 18:20-32

[20].Dijo entonces Yavé: «Las quejas contra Sodoma y Gomorra son enormes, y su pecado es en verdad muy grande. [21].Voy a visitarlos, y comprobaré si han actuado según esas quejas que han llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré.»
[22].Los hombres partieron y se dirigieron a Sodoma, mientras Yavé se quedaba de pie delante de Abrahán. [23].Se acercó entonces Abrahán y le dijo: «¿Es cierto que vas a exterminar al justo junto con el malvado? [24].Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿es cierto que vas a acabar con todos y no perdonar el lugar en atención a esos cincuenta justos? [25].¡Tú no vas a hacer algo semejante, permitir que el bueno sea tratado igual que el malvado! ¿O es que el juez de toda la tierra no aceptará lo que es justo?» [26].Yavé le dijo: «Si encuentro en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar en atención a ellos.»
[27].Abrahán volvió a hablar: «Sé que a lo mejor es un atrevimiento hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza, [28].pero si faltan cinco justos para llegar a los cincuenta, ¿destruirás la ciudad por esos cinco que faltan?» Yavé respondió: «No habrá destrucción si encuentro allí cuarenta y cinco hombres justos.»
[29].Abrahán insistió: «Pero a lo mejor se encuentran allí sólo cuarenta justos.» Yavé contestó: «En atención a esos cuarenta, no lo haré.» [30].Abrahán continuó todavía: «No se enoje mi Señor si sigo hablando, pero tal vez no se encuentren más que treinta justos.» Yavé contestó: «No lo haré si encuentro allí treinta justos.» [31].Abrahán insistió: «Sé que es una osadía por mi parte hablar así a mi Señor; pero, ¿y si se encuentran allí solamente veinte justos?» Yavé contestó: «No destruiré el lugar, en atención a esos veinte.»
[32].Abrahán dijo: «Vaya, no se enoje mi Señor, y hablaré por última vez. Puede ser que se encuentren allí sólo diez.» Yavé dijo: «En atención a esos diez, no destruiré la ciudad.»

Comentario génesis 18:20-32

[16] ¿No le comunicaré a Abrahán lo que voy a hacer? Al hacernos amigos suyos, Dios nos confía una responsabilidad sobre el mundo. Como la amistad que existe entre hombres, la amistad con Dios significa compartir todo. Dios nos enseña a pensar como él y actuar con él, y nos invita a pedir.
No pensemos que con mucho insistir en la oración conseguiremos de Dios lo que él no quiere darnos, porque no nos conviene. Pero le gusta que sepamos luchar e insistir para lograr lo que él mismo quiere dar en su misericordia. No quiere imponerlo en forma unilateral, sino darlo al que sabe desearlo de la misma manera que él lo desea: "Yo no quiero que el impío muera, sino que cambie su mala conducta y viva" (Ez 33,11).
Sé que es una osadía de mi parte hablar así a mi Señor (31). Esta osadía de Abrahán, que empieza a regatear con mucha discreción y firmeza, demuestra su fe. El anciano discute con Dios de la misma manera que lo haría con un amigo al concluir algún negocio. Nótese cómo Abrahán sigue sentado mientras el Señor está de pie ante él. Este trato tan sencillo pareció falta de respeto a los que ulteriormente leyeron la Biblia; entonces cambiaron la frase: «Abrahán estaba de pie para conversar con Yavé sentado.» Pero también Jesús dijo que atendería a sus fieles servidores como un sirviente a sus señores (Lc 12,37).


Lucas 11:1-13

[1] Los apóstoles sabían orar y lo hacían en común, como lo hacían todos los judíos en las sinagogas y en los principales momentos del día. Sin embargo han descubierto al lado de Jesús una manera nueva de vivir y convivir, y sienten la necesidad de hablar al Padre en otra forma. Para enseñarles a orar, Jesús esperó a que ellos mismos se lo pidieran. Ver Mt 6,9.
[5] Jesús nos invita a pedir con perseverancia, sin desanimarnos nunca, casi como cansando a Dios. Dios no nos dará siempre lo que le pedimos o en la forma en que se lo pedimos, pues no sabemos lo que nos conviene. Pero nos dará espíritu santo, es decir, una visión más clara de su voluntad y, al mismo tiempo, ánimo para cumplirla.
Al que llame a la puerta, se le abrirá (10). Como comentario de esta frase, ponemos a continuación una página del Padre Molinie:
«Si Dios no abre de inmediato, no es porque le guste hacernos esperar. Si debemos perseverar en la oración, no es porque sea necesario un número determinado de invocaciones, sino porque se requiere cierta calidad, cierto tono de oración. Si fuéramos capaces de presentarla de entrada, sería inmediatamente escuchada.
La oración es el gemido del Espíritu Santo en nosotros, como dice Pablo. Pero la repetición es necesaria para que ese gemido se abra camino en nuestro corazón de piedra, al igual que la gota persistente desgasta hasta las rocas más duras. Repitiendo cn perseverancia el Padrenuestro o el Avemaría, podremos esperar que algún día lograremos rezarlo en un tono que se armonice perfectamente con el deseo de Dios, pues él está esperando ese gemido, que es el único que lo puede conmover, porque, en realidad, ha salido de su propio corazón.
Mientras no logremos dar esta nota, o más bien, no logremos extraerla de nosotros mismos, Dios no puede ser vencido. Y no porque Dios esté a la defensiva, sino porque es pura ternura y fluidez, y mientras no exista algo semejante en nosotros, no circulará la corriente entre él y nosotros. El hombre se cansa de la oración, pero si persevera y no se desanima, depondrá poco a poco la soberbia hasta que, agotado y vencido, consiga mucho más de lo que hubiera podido desear.»

LAS SUPLICAS. - LOS SANTOS

Jesús nos invita a pedir con perseverancia; la petición perseverante deja de ser egoísta y se convierte en oración, o sea, que nos eleva y nos acerca a Dios.
Pero ¿qué debemos pensar de las súplicas dirigidas a los santos? Hay que reconocer que, muy a menudo, el que pide a los santos toma el camino inverso de la oración verdadera. No es que le interese descubrir la misericordia de Dios, sino conseguir tal o cual favor. Le importa poco a quién se dirige, con tal de que encuentre un distribuidor eficaz y automático de beneficios. Entonces empieza la cacería de santos, de santuarios y de devociones.
La Iglesia es una familia. Así como pedimos a nuestros amigos que recen por nosotros, de igual manera conviene que nos dirijamos a nuestros hermanos los santos. Nadie tiene por qué criticarnos si, a veces, demostramos tener confianza en su intercesión. Esta «súplica» a los santos, sin embargo, no puede confundirse con la petición perseverante que nos hace entrar en el misterio de Dios. María, Madre de Dios, es la única criatura que pueda acompañarnos en la oración, porque Dios la hizo nuestra Madre, porque depositó en ella toda la misericordia que nos reservaba y porque la unió a sí mismo en forma tal que, mirándola a ella, siempre encontramos la presencia viva de Dios.


Colosenses 2:6-15 (16-19)

[1] Que sepan cuan duro es el combate que debo soportar. Ese combate significa fatigas (1,28-29) y oraciones (4,2 y Rom 15,30). Sería muy tentador (y esa era la tentación de los colosenses), hacer del cristianismo una religión atractiva con hermosas explicaciones, pero que dejara a las personas apegadas a sus sueños y a sus pasiones; una religión que no atacara el pecado arraigado en nuestras maneras de vivir y en nuestra sociedad. Y para llevar a cabo ese combate, necesitamos en primer lugar la convicción de que en Cristo se encuentra todo el misterio de Dios.
Que nadie los engañe. La filosofía, como búsqueda de la sabiduría, es muy respetable. Las filosofías siempre contienen una parte de la verdad, pero el peligro está en que parece que dan una respuesta total a nuestros problemas. Son engañosas en la medida en que vienen de filósofos que, de hecho, sólo han tenido una experiencia muy limitada, o muy poco estimable, de la existencia humana. Además, todas las corrientes de pensamiento son el producto de su época, y envejecen con el tiempo. En la fe, en cambio, encontramos, no un discurso sobre el hombre, sino a una persona, Cristo, y Pablo nos dice que el todo de Dios habita en él en forma humana.
[11] Pablo acaba de decir que el cristiano tiene una sabiduría y que ha entrado en un camino de conocimiento. Ahora nos recuerda que nuestra entrada en la Iglesia ha sido mucho más que un rito externo. Por el bautismo hemos sido asociados a esa renovación del mundo que se realizó con la muerte y la resurrección de Jesús.
Pablo había sido circuncidado y sabía por experiencia que eso no le había traído la salvación. El bautismo, por cierto, no lo había liberado milagrosamente de su agresividad ni de sus debilidades, pero, llevado por un amor apasionado a Cristo, había empezado a vivir toda la existencia humana en una forma diferente. Había sido liberado, entre otras cosas, de lo que pesaba en gran manera en su vida, esto es, la religión con sus mandamientos. Para él la religión había sido el recuerdo constante de una deuda para con Dios, algo que hacía imposible el amor y la confianza verdadera. Jesús, al morir, había clavado en la cruz todas las formas de miedo a Dios, y al mismo tiempo, había reducido a la nada todos los principios y las presiones morales que ahogan nuestra libre respuesta a Dios.
En algunos países la mayoría de los habitantes son bautizados, pero el bautismo casi no ha cambiado su vida y, en general, no pertenecen a comunidades en que la fe se va renovando. No bastaría con decir que somos malos cristianos. Nuestra resurrección -como fue el caso de Pablo- depende primero de nuestra fe en Dios que resucitó a Jesús, que nos perdonó y que lo preparó todo para que vivamos nuestra vida. Pues esto es el bautismo.
[16] Pablo acaba de recordar que el bautismo es el comienzo de una vida nueva. No se trata de reemplazar mandamientos antiguos por mandamientos mejores, sino que la venida de Cristo vuelve anticuada cualquier religión de mandamientos. A lo mejor algunos preguntarán: ¿Acaso no debemos seguir los mandamientos de Dios y de la Iglesia? ¿Qué será de nosotros si no hay ninguna ley?
Por supuesto que no existe ni grupo religioso, ni comunidad cristiana, sin ritos, costumbres, mandamientos, pues ¿qué ocurriría con una comunidad en la que ya no se reunieran más para oír la palabra de Dios y celebrar la eucaristía? No somos ángeles y no habrá «adoración de Dios en espíritu y verdad» si no hay luces, ritos, música, formas de piedad que se transmiten a través de los siglos.
Pero ya se terminó el tiempo en que lo importante era hacer o no hacer algo, en que se creía que a Dios le gusta vernos descansar tal o cual día, no comer tal o cual cosa, vestirnos de tal o cual forma, abstenernos de esto o de aquello. Las religiones dan una gran importancia a esas leyes, pues ayudan a sus fieles a mantener su cohesión y a distinguirse de los demás, pero eso siempre deforma la idea que tenemos de Dios, al que creemos preocupado de mantener su autoridad y prestigio. Ahora bien, Dios no se parece a esa idea de Dios. Todo eso no son más que reglamentos humanos, muy útiles tal vez, pasados de moda tal vez, pero que son sólo humanos. Pablo dice: Dios no se apega a esas cosas pasajeras (22), ni está en él tratarnos como niños chicos: ¡No hagan eso!
Que nadie los venga a criticar. ¿Por qué, pues, nos van a acusar por haber desplazado el día del descanso, poniendo el día de la resurrección en vez del día que observaban los judíos? Los apóstoles de Jesús, al hacerlo, sabían que estaban por encima de las leyes de Moisés.
Todo eso quiere ser... humildad (23). Las prohibiciones religiosas impresionan siempre a los que no se han liberado del temor a Dios. Pero en vez de liberarnos y llevarnos a la confianza de hijos de Dios, esas prohibiciones favorecen sobre todo a la estrechez de espíritu, y también la violencia contra quienes no piensan como nosotros. No pensemos que alguien es más santo porque muestra desprecio por el cuerpo. Ser muy sacrificado por voluntad propia puede ser un medio para valorarnos a nuestros propios ojos y sentirnos superiores a los demás.

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