domingo, 11 de julio de 2010

7º Domingo de Pentecostés: 11 de Julio de 2010




LECTURAS:

DEUTERONOMIO 30:9-14

9. Yavé, tu Dios, te dará abundante prosperidad en todo lo que hagas, multiplicará a tus hijos y las crías de tus ganados; tu tierra será fecunda y tendrás de todo en abundancia. De nuevo se complacerá Yavé en tratarte bien, como hizo con tus padres,
10. porque tú habrás vuelto a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y guardarás sus mandamientos y sus normas, en una palabra, lo que está escrito en el libro de esta ley.
11. Este mandamiento que yo te doy no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance.
12. No está en el cielo, para que puedas decir: «¿Quién subirá al cielo y nos lo traerá? Entonces escucharemos y lo pondremos en práctica.»
13. Tampoco está al otro lado del mar, para que tengas que decir: «¿Quién pasará hasta el otro lado y nos lo traerá? Entonces escucharemos y lo pondremos en práctica.»
14. Todo lo contrario, mi palabra ha llegado bien cerca de ti; ya la tienes en la boca y la sabes de memoria, y sólo hace falta ponerla en práctica.


LUCAS 10:25-37

25. Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?»
26. Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?»
27. El hombre contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
28. Jesús le dijo: «¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.»
29. El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: «¿Y quién es mi prójimo?»
30. Jesús empezó a decir: «Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto.
31. Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vió, tomó el otro lado y siguió.
32. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo.
33. Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él.
34. Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo.
35. Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole: «Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.»
36. Jesús entonces le preguntó: «Según tu parecer, ¿cuál de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?»
37. El maestro de la Ley contestó: «El que se mostró compasivo con él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.»


COLOSENSES 1:1-14

1. De Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y del hermano Timoteo,
2. a los santos y creyentes que viven en Colosas, verdaderos hermanos míos en Cristo: Reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre.
3. En todo momento oramos por ustedes y damos gracias a Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor,
4. por lo que hemos sabido de su fe en Cristo Jesús y de su caridad para con todos los santos.
5. Pues están esperando la herencia que les está reservada en el cielo y que conocieron por la palabra de la verdad, el Evangelio.
6. Ya está entre ustedes, y lo mismo que va creciendo y dando frutos por todas partes en el mundo, también lo hace entre ustedes desde aquel día en que recibieron y conocieron el don de Dios en toda su verdad.
7. Se lo enseñó Epafras, compañero nuestro muy querido en el servicio de Cristo y para ustedes fiel ministro de Cristo,
8. quien también ha venido a recordarme el cariño que me tienen en el Espíritu.
9. Por eso, tampoco nosotros hemos cesado de rezar por ustedes desde el día en que recibimos esas noticias, y pedimos a Dios que alcancen el pleno conocimiento de su voluntad, mediante dones de sabiduría y entendimiento espiritual.
10. Que lleven una vida digna del Señor y de su total agrado, produciendo frutos en toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios.
11. Que se muestren fuertes en todo sentido, fortalecidos por la gloria de Dios; que puedan sufrir y perseverar sin perder la alegría.
12. Y que den gracias al Padre que nos preparó para recibir nuestra parte en la herencia reservada a los santos en su reino de luz.
13. El nos arrancó del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo amado.
14. En él nos encontramos liberados y perdonados.

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