domingo, 24 de abril de 2011

Sermón y Lecturas del Domingo 24 de Abril de 2011



LECTURAS

Hechos 10: 34-43

[34] Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «Verdaderamente reconozco que Dios no hace diferencia entre las personas. [35] En toda nación mira con benevolencia al que teme a Dios y practica la justicia. [36] Ahora bien, Dios ha enviado su Palabra a los israelitas, dándoles un mensaje de paz por medio de Jesús, el Mesías, que también es el Señor de todos. [37] Ustedes ya saben lo que ha sucedido en todo el país judío, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. [38] Jesús de Nazaret fue consagrado por Dios, que le dio Espíritu Santo y poder. Y como Dios estaba con él, pasó haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo. [39] Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en la misma Jerusalén. Al final lo mataron colgándolo de un madero. [40] Pero Dios lo resucitó al tercer día e hizo que se dejara ver, [41] no por todo el pueblo, sino por los testigos que Dios había escogido de antemano, por nosotros, que comimos y bebimos con él después de que resucitó de entre los muertos. [42] El nos ordenó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido Juez de vivos y muertos. [43] A El se refieren todos los profetas al decir que quien cree en él recibe por su Nombre el perdón de los pecados.»

Jeremías 31: 1-6

ISRAEL VOLVERÁ A SU PATRIA [1] Entonces, dice Yavé, yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo. [2] Esto dice Yavé: El pueblo que se salvó de la espada enfrenta la calor del desierto, Israel se está dirigiendo al lugar de su reposo. [3] De lejos Yavé se le apareció: «Con amor eterno te he amado, por eso prolongaré mi cariño hacia ti. [4] Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel. [5] De nuevo lucirás tu belleza bailando, alegremente, con tus panderetas. De nuevo plantarás viñas en los cerros de Samaria, como antes las plantaban los viñadores y las cosechaban. [6] Vendrá un día en que los centinelas gritarán desde los cerros de Efraím: «"¡Levántense, subamos a Sión, adonde está Yavé nuestro Dios!"

Juan 20: 1- 18

EL SEÑOR HA RESUCITADO [1] El primer día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra que cerraba la entrada del sepulcro había sido removida. [2] Fue corriendo en busca de Simón Pedro y del otro discípulo a quien Jesús amaba y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.» [3] Pedro y el otro discípulo salieron para el sepulcro. [4] Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. [5] Como se inclinara, vio los lienzos tumbados, pero no entró. [6] Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio también los lienzos tumbados. [7] El sudario con que le habían cubierto la cabeza no se había caído como los lienzos, sino que se mantenía enrollado en su lugar. [8] Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero, vio y creyó. [9] Pues no habían entendido todavía la Escritura: ¡él "debía" resucitar de entre los muertos! [10] Después los dos discípulos se volvieron a casa. [11] María se quedaba llorando fuera, junto al sepulcro. Mientras lloraba se inclinó para mirar dentro [12] y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. [13] Le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?» Les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» [14] Dicho esto, se dio vuelta y vio a Jesús allí, de pie, pero no sabía que era Jesús. [15] Jesús le dijo: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella creyó que era el cuidador del huerto y le contestó: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo me lo llevaré.» [16] Jesús le dijo: «María». Ella se dio la vuelta y le dijo: «Rabboní», que quiere decir «Maestro». [17] Jesús le dijo: «Suéltame, pues aún no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.» [18] María Magdalena se fue y dijo a los discípulos: «He visto al Señor y me ha dicho esto.»

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