domingo, 3 de octubre de 2010
19º Domingo de Pentecostes: 3 de Octubre de 2010
Lecturas
Habacuc 1:1-4;2:1-4
1. Este fue el encargo que recibió en una visión el profeta Habacuq:
2. ¿Hasta cuándo, Yavé, te pediré socorro sin que tú me hagas caso, y te recordaré la opresión sin que tú salves?
3. ¿Por qué me obligas a ver la injusticia? ¿Acaso tus ojos soportan la opresión? Sólo observo robos y atropello y no hay más que querellas y altercados.
4. Por eso la Ley está sin fuerza y no se hace justicia. Como los malvados mandan a los buenos, no se ve más que derecho torcido.
1. Me ubicaré en mi torre de vigía y me pondré de pie sobre mi almena para ver si diviso su respuesta, lo que él va a contestar a mi pregunta.
2. Entonces Yavé me respondió, diciendo: «Escribe la visión, anótala en tablillas, para que pueda leerse de corrido.
3. Esta visión espera su debido tiempo, pero se cumplirá al fin y no fallará; si se demora en llegar, espérala, pues vendrá ciertamente y sin retraso.
4. Aquí la tienes: El que vacila nunca contará con mi favor, el justo sí vivirá por su fidelidad.»
2da Timoteo 1:1-14
1. Pablo, apóstol de Cristo Jesús por decisión de Dios, que nos prometió la vida en Cristo Jesús,
2. a su querido hijo Timoteo. Vengan sobre ti de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor, la gracia, la misericordia y la paz.
3. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con conciencia limpia como mis antepasados, cuando constantemente te recuerdo en mis oraciones noche y día.
4. Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para llenarme de alegría.
5. Recuerdo tu fe sincera. Así eran tu abuela Loide y tu madre, Eunice, y estoy convencido de que la recibiste de ellas.
6. Por eso te invito a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos.
7. Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio.
8. No te avergüences, pues, del martirio de nuestro Señor ni de mí, al verme preso. Al contrario, sufre por el Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios.
9. El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad,
10. acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad.
11. Este es el mensaje para el que fui hecho predicador, apóstol y maestro,
12. y por el que ahora padezco esta nueva prueba. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he puesto mi confianza y estoy convencido de que tiene poder para guardarme hasta aquel día lo que deposité en sus manos.
13. Toma como norma la sana doctrina que has oído de mí sobre la fe y el amor según Cristo Jesús.
14. Conserva el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.
Lucas 17:5-10
5. Los apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe.»
6. El Señor respondió: «Si ustedes tienen un poco de fe, no más grande que un granito de mostaza, dirán a ese árbol: Arráncate y plántate en el mar, y el árbol les obedecerá.
7. ¿Acaso tienen un servidor que está arando o cuidando el rebaño? Y cuando éste vuelve del campo, ¿le dicen acaso: Entra y descansa?
8. ¿No le dirán más bien: Prepárame la comida y ponte el delantal para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?
9. ¿Y quién de ustedes se sentirá agradecido con él porque hizo lo que le fue mandado?
10. Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que les ha sido mandado, digan: Somos servidores que no hacíamos falta, hemos hecho lo que era nuestro deber.»
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