domingo, 16 de septiembre de 2012

Sermón y Lecturas del Domingo 16 de septiembre 16º después de Pentecostés


LECTURAS


1º Timoteo 1:12-17
[12] Doy gracias al que me da la fuerza, a Cristo Jesús, nuestro Señor, por la confianza que tuvo al hacer de mí su encargado. [13] Porque yo fui en un comienzo un opositor, un perseguidor y un violento. Pero él me perdonó porque obraba de buena fe cuando me negaba a creer, [14] y la gracia de nuestro Señor vino sobre mí muy abundante junto con la fe y el amor cristiano. [15] Esto es muy cierto, y todos lo pueden creer, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales soy yo el primero. [16] Por esa razón fui perdonado, para que en mí se manifestara en primer lugar toda la generosidad de Cristo Jesús, y fuera así un ejemplo para todos los que han de creer en él y llegar a la vida eterna. [17] Al Rey de los siglos, al Dios único que vive más allá del tiempo y de lo que se ve, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Isaías 50:4-9ª

[4] El Señor Yavé me ha concedido el poder hablar como su discípulo. Y ha puesto en mi boca las palabras para fortalecer al que está aburrido. A la mañana él despierta mi mente y lo escucho como lo hacen los discípulos. [5] El Señor Yavé me ha abierto los oídos y yo no me resistí ni me eché atrás. [6] He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me tiraban la barba, y no oculté mi rostro ante las injurias y los escupos. [7] El Señor Yavé está de mi parte, y por eso no me molestan las ofensas; por eso puse mi cara dura como piedra. y yo sé que no quedaré frustrado, [8] Aquí viene mi juez, ¿quieren meterme pleito? Presentémonos juntos, y si hay algún demandante, ¡que se acerque! [9] Si el Señor Yavé está de mi parte, ¿quién podrá condenarme?

Marcos 8:27-38

[27] Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» [28] Ellos contestaron: «Algunos dicen que eres Juan Bautista, otros que Elías o alguno de los profetas.» [29] Entonces Jesús les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.» [30] Pero Jesús les dijo con firmeza que no conversaran sobre él. [31] Luego comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los notables, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, que sería condenado a muerte y resucitaría a los tres días. [32] Jesús hablaba de esto con mucha seguridad. Pedro, pues, lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. [33] Pero Jesús, dándose la vuelta, vio muy cerca a sus discípulos. Entonces reprendió a Pedro y le dijo: «¡Pasa detrás de mí, Satanás! Tus ambiciones no son las de Dios, sino de los hombres.» EL QUE QUIERA SEGUIRME, TOME SU CRUZ (MT 16,24; LC 9,23) [34] Luego Jesús llamó a sus discípulos y a toda la gente y les dijo: «El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga. [35] Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, y el que sacrifique su vida (por mí y) por el Evangelio, la salvará. [36] ¿De qué le sirve a uno si ha ganado el mundo entero, pero se ha destruido a sí mismo? [37] ¿Qué podría dar para rescatarse a sí mismo? [38] Yo les aseguro: Si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la Gloria de su Padre rodeado de sus santos ángeles.»

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