domingo, 12 de agosto de 2012

Sermón y Lecturas del Undécimo Domingo después de Pentecostés 2012


LECTURAS

1 Reyes 19:4-8
Anduvo por el desierto una jornada de camino, hasta llegar y sentarse bajo una retama. Imploró la muerte y dijo: "¡Ya es demasiado, Yahvé! ¡Toma mi vida, pues no soy mejor que mis padres!"
Se recostó y quedó dormido bajo una retama, pero un ángel le tocó y le dijo: "Levántate y come."
Miró y a su cabecera había una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a recostar.
El ángel de Yahvé volvió segunda vez, lo tocó y le dijo: "Levántate y come, pues el camino ante ti es muy largo."
Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb.

Efesios 4:25-5:2
[25] Por eso, no más mentiras; que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del mismo cuerpo. [26] Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta la puesta del sol, [27] pues de otra manera se daría lugar al demonio. [28] El que robaba, que ya no robe, sino que se fatigue trabajando con sus manos en algo útil y así tendrá algo que compartir con los necesitados. [29] No salga de sus bocas ni una palabra mala, sino la palabra que hacía falta y que deja algo a los oyentes. [30] No entristezcan al Espíritu santo de Dios; éste es el sello con el que ustedes fueron marcados y por el que serán reconocidos en el día de la salvación. [31] Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad. [32] Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo.

5[2] Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios

Juan 6: 35,41-51
35] Jesús les dijo: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed. [36] Sin embargo, como ya les dije, ustedes se niegan a creer aun después de haber visto. [37] Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a mí, y yo no rechazaré al que venga a mí, [38] porque yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. [39] Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. [40] Sí, ésta es la decisión de mi Padre: toda persona que al contemplar al Hijo crea en él, tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.» [41] Los judíos murmuraban porque Jesús había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» [42] Y decían: «Conocemos a su padre y a su madre, ¿no es cierto? El no es sino Jesús, el hijo de José. ¿Cómo puede decir que ha bajado del cielo?» [43] Jesús les contestó: «No murmuren entre ustedes. [44] Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió. Y yo lo resucitaré en el último día. [45] Está escrito en los Profetas: Serán todos enseñados por Dios, y es así como viene a mí toda persona que ha escuchado al Padre y ha recibido su enseñanza. [46] Pues, por supuesto que nadie ha visto al Padre: sólo Aquel que ha venido de Dios ha visto al Padre. [47] En verdad les digo: El que cree tiene vida eterna. EL CUERPO DE CRISTO, PAN DE VIDA [48] Yo soy el pan de vida. [49] Sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero murieron: [50] aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran. [51] Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.»


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