miércoles, 31 de agosto de 2011

Sermón y Lecturas del Domingo 28 de Agosto de 2011



LECTURAS

Jeremías 15:15-21

[15] Yavé, acuérdate de mí y defiéndeme y véngame de mis perseguidores. No detengas más tu ira. Piensa que por tu causa soporto tantas humillaciones. [16] Cuando me llegaban tus palabras, yo las devoraba. Tus palabras eran para mí gozo y alegría, porque entonces hacías descansar tu Nombre sobre mí, ¡oh Yavé Sabaot! [17] Yo no me sentaba con otros para bromear, sino que, apenas tu mano me tomaba, yo me sentaba aparte, pues me habías llenado de tu propio enojo. [18] ¿Por qué mi dolor no tiene fin y no hay remedio para mi herida? ¿Por qué tú, mi manantial, me dejas de repente sin agua? [19] Entonces Yavé me dijo: «Si vuelves a mí, yo te haré volver a mi servicio. Separa el oro de la escoria si quieres ser mi propia boca. Tendrán que volver a ti, pero tú no volverás a ellos. [20] Haré que tú seas como una fortaleza y una pared de bronce frente a ellos; y si te declaran la guerra, no te vencerán, pues yo estoy contigo para librarte y salvarte. [21] Te protegeré contra los malvados y te arrancaré de las manos de los violentos.»

Mateo 16: 21-28

[21] A partir de ese día, Jesucristo comenzó a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y que las autoridades judías, los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley lo iban a hacer sufrir mucho. Que incluso debía ser muerto y que resucitaría al tercer día. [22] Pedro lo llevó aparte y se puso a reprenderlo: «¡Dios no lo permita, Señor! Nunca te sucederán tales cosas.» [23] Pero Jesús se volvió y le dijo: «¡Pasa detrás de mí, Satanás! Tú me harías tropezar. Tus ambiciones no son las de Dios, sino las de los hombres.» [24] Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. [25] Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique su vida por causa mía, la hallará. [26] ¿De qué le serviría a uno ganar el mundo entero si se destruye a sí mismo? ¿Qué dará para rescatarse a sí mismo? [27] Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta. [28] En verdad les digo: algunos que están aquí presentes no pasarán por la muerte sin antes haber visto al Hijo del Hombre viniendo como Rey.»

Romanos 12:9-21

[9] Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno. [10] Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño, y adelántense al otro en el respeto mutuo. [11] Sean diligentes, y no flojos. Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al señor. [12] Tengan esperanza y sean alegres. Sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar. [13] Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso. [14] Bendigan a quienes los persigan: bendigan y no maldigan. [15] Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran. [16] Vivan en armonía unos con otros. No busquen grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios. [17] No devuelvan a nadie mal por mal, y que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones. [18] Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos. [19] Hermanos, no se tomen la justicia por su cuenta, dejen que sea Dios quien castigue, como dice la Escritura: Mía es la venganza, yo daré lo que se merece, dice el Señor. [20] Y añade: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber: éstas serán otras tantas brasas sobre su cabeza. [21] No te dejes vencer por el mal, más bien derrota al mal con el bien.

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