domingo, 20 de marzo de 2011

Sermón y Lecturas del Domingo 20 de Marzo de 2011



LECTURAS

Génesis 12:1-4ª

SEGUNDA PARTE DEL GENESIS LOS PRIMEROS PADRES DEL PUEBLO DE DIOS DIOS LLAMA A ABRAM
[1] Yavé dijo a Abram: «Deja tu país, a los de tu raza y a la familia de tu padre, y anda a la tierra que yo te mostraré. [2] Haré de ti una gran nación y te bendeciré; voy a engrandecer tu nombre, y tú serás una bendición. [3] Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. En ti serán bendecidas todas las razas de la tierra.» [4] Partió Abram, tal como se lo había dicho Yavé, y Lot se fue también con él.

Juan 3: 1-17

JESÚS Y NICODEMO: HAY QUE NACER DE NUEVO [1] Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo. Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo: [2] «Rabbí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces, a no ser que Dios esté con él.» [3] Jesús le contestó: «En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo desde arriba.» [4] Nicodemo le dijo: «¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al seno de su madre?» [5] Jesús le contestó: «En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. [6] Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu. [7] No te extrañes de que te haya dicho: Necesitan nacer de nuevo desde arriba. [8] El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu.» [9] Nicodemo volvió a preguntarle: «¿Cómo puede ser eso?» [10] Respondió Jesús: «Tú eres maestro en Israel, y ¿no sabes estas cosas? [11] En verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. [12] Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo? [13] Sin embargo, nadie ha subido al Cielo sino sólo el que ha bajado del Cielo, el Hijo del Hombre. [14] Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, [15] y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna. [16] ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. [17] Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él.

Romanos 4:1-5, 13-17

ABRAHÁN, PADRE DE LOS CREYENTES

[1] Hablemos, pues, de Abrahán, nuestro padre según la carne. ¿Qué fue lo novedoso en él? [2] Abrahán fue justo ante Dios, y si lo hubiera conseguido por sus obras, podría ostentar sus méritos, pero no los tiene ante Dios. [3] En efecto, ¿qué dice la Escritura? Abrahán creyó a Dios, quien se lo tomó en cuenta para hacerlo justo. [4] Cuando alguien ha realizado una obra o trabajo, no se le entrega el salario como un favor, sino como una deuda. [5] Por el contrario, al que no puede presentar obras, pero cree en Aquel que hace justos a los pecadores, se le toma en cuenta su fe para hacerlo justo.
[13] Es fácil ver que si Dios prometió a Abrahán, o más bien a su descendiente, que el mundo le pertenecería, esto no tiene nada que ver con la Ley, sino con la manera de ser justo propia del creyente. [14] Si debiéramos cumplir la Ley para conseguir la promesa, la fe ya no tendría sentido y la promesa también se quedaría en nada. [15] Pues la Ley solamente trae castigos: Ley y trasgresión van juntas. [16] Por eso la fe es el camino, y todo es don. De este modo la promesa de Abrahán queda asegurada para toda su raza, no sólo para sus hijos según la Ley, sino también para aquellos que por la fe son hijos suyos. [17] Abrahán es el padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te hago padre de muchas naciones. Y llegó a serlo cuando creyó en Aquel que da vida a los muertos y llama a lo que aún no existe como si ya existiera.

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