miércoles, 28 de marzo de 2012
Sermón y Lecturas 5to de Cuaresma
LECTURAS
Jeremías 31:31-34
31. Ya llega el día -dice Yavé, en que yo pactaré con el pueblo de Israel (y con el de Judá) una nueva alianza.
32. No será como esa alianza que pacté con sus padres, cuando los tomé de la mano, sacándolos de Egipto. Pues ellos quebraron la alianza, siendo que yo era su Señor.
33. Esta es la alianza que yo pactaré con Israel en los días que están por llegar, dice Yavé: pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
34. Ya no tendrán que enseñarle a su compañero, o a su hermano, diciéndoles: «Conozcan a Yavé.» Pues me conocerán todos, del más grande al más chico, dice Yavé; yo entonces habré perdonado su culpa, y no me acordaré más de su pecado.
Hebreos 5:5-10
5. Y tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que dice: Tú eres mi Hijo; te he dado vida hoy mismo.
6. Y en otro lugar se dijo: Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec.
7. En los días de su vida mortal, presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la muerte; este fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su religiosa sumisión.
8. Aunque era Hijo, aprendió en su pasión lo que es obedecer.
9. Y ahora, llegado a su perfección, es fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen,
10. conforme a la misión que recibió de Dios: sacerdote a semejanza de Melquisedec.
Juan 12: 20-23
20. También un cierto número de griegos, de los que adoran a Dios, habían subido a Jerusalén para la fiesta.
21. Algunos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»
22. Felipe habló con Andrés, y los dos fueron a decírselo a Jesús.
23. Entonces Jesús dijo: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre.
Sermón y Lecturas 4to de Cuaresma
LECTURAS
Efesios 2:1-10
POR GRACIA HAN SIDO SALVADOS [1] Ustedes estaban muertos a causa de sus faltas y sus pecados. [2] Con ellos seguían la corriente de este mundo y al soberano que reina entre el cielo y la tierra, el espíritu que ahora está actuando en los corazones rebeldes. [3] De ellos éramos también nosotros, y nos dejamos llevar por las codicias humanas, obedeciendo a los deseos de nuestra naturaleza y consintiendo sus proyectos. E íbamos directamente al castigo, lo mismo que los demás. [4] Pero Dios es rico en misericordia: ¡con qué amor tan inmenso nos amó! [5] Estábamos muertos por nuestras faltas y nos hizo revivir con Cristo: ¡por pura gracia ustedes han sido salvados! [6] Nos resucitó en Cristo Jesús y con él, para sentarnos con él en el mundo de arriba. [7] En Cristo Jesús Dios es todo generosidad para con nosotros, por lo que quiere manifestar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia. [8] Ustedes han sido salvados por la fe, y lo han sido por gracia. Esto no vino de ustedes, sino que es un don de Dios; [9] tampoco lo merecieron por sus obras, de manera que nadie tiene por qué sentirse orgulloso. [10] Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos ocupáramos en ellas. CRISTO ES NUESTRA PAZ
Juan 3: 14-21
[14] Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, [15] y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna. [16] ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. [17] Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. [18] Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo único de Dios. [19] Esto requiere un juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. [20] Pues el que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras malas sean descubiertas y condenadas. [21] Pero el que hace la verdad va a la luz, para que se vea que sus obras han sido hechas en Dios.»
Números 21: 4-9
[4] Dejaron el monte Hor por el camino del mar de Suf para rodear el territorio de Edom. En el camino el pueblo perdió la paciencia [5] y murmuró contra Dios y Moisés: "¿Por qué nos hicieron subir de Egipto para que muramos en el desierto sin pan y sin agua? ¡Ya estamos aburridos de esta comida sin gracia! [6] Entonces Dios mandó contra el pueblo serpientes-ardientes. Muchos de los Israelitas murieron por sus mordeduras. [7] El pueblo fue a ver a Moisés y le dijo: "Hemos pecado, hemos murmurado contra Yavé y contra ti. Ruega a Yavé por nosotros, para que aleje de nosotros las serpientes". Moisés oró por el pueblo, [8] y Yavé le dijo a Moisés: "Hazte una serpiente-ardiente y colócala en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanará". [9] Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un poste. Cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba la serpiente de bronce y se sanaba.
viernes, 23 de marzo de 2012
Sermón y Lecturas 3er de Cuaresma
LECTURAS
1 Corintios 1: 18-25
[18] Porque el lenguaje de la cruz resulta una locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es poder de Dios. [19] Ya lo dijo la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios y haré fracasar la pericia de los instruidos. [20] Sabios, entendidos, teóricos de este mundo: ¡cómo quedan puestos! ¿Y la sabiduría de este mundo? Dios la dejó como loca. [21] Pues el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios cuando ponía por obra su sabiduría; entonces a Dios le pareció bien salvar a los creyentes con esta locura que predicamos. [22] Mientras los judíos piden milagros y los griegos buscan el saber, [23] nosotros proclamamos a un Mesías crucificado: para los judíos ¡qué escándalo! Y para los griegos ¡qué locura! [24] Pero para los que Dios ha llamado, judíos o griegos, este Mesías es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. [25] Pues las locuras de Dios tienen más sabiduría que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres.
Éxodo 20: 1-17
EL DECÁLOGO [1] Entonces Dios dijo todas estas palabras: [2] «Yo soy Yavé, tu Dios, el que te sacó de Egipto, país de la esclavitud. [3] No tendrás otros dioses fuera de mí. [4] No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. [5] No te postres ante esos dioses, ni les sirvas, porque yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso. yo pido cuentas a hijos, nietos y biznietos por la maldad de sus padres que no me quisieron. [6] Pero me muestro favorable hasta mil generaciones con los que me aman y observan mis mandamientos. [7] No tomes en vano el nombre deYavé, tu Dios, porque Yavé no dejará sin castigo a aquel que toma su nombre en vano. [8] Acuérdate del día del Sábado, para santificarlo. [9] Trabaja seis días, y en ellos haz todas tus faenas. [10] Pero el día séptimo es día de descanso, consagrado a Yavé, tu Dios. Que nadie trabaje: ni tú, ni tus hijos, ni tus hijas, ni tus siervos, ni tus siervas, ni tus animales, ni los forasteros que viven en tu país. [11] Pues en seis días Yavé hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en ellos, y el séptimo día descansó. Por eso bendijo el Sábado y lo hizo sagrado. [12] Respeta a tu padre y a tu madre, para que se prolongue tu vida sobre la tierra que Yavé, tu Dios, te da. [13] No mates. [14] No cometas adulterio. [15] No robes. [16] No atestigües en falso contra tu prójimo. [17] No codicies la casa de tu prójimo. No codicies su mujer, ni sus servidores, su buey o su burro. No codicies nada de lo que le pertenece.»
Juan 2: 13-22
[13] Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. [14] Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas, sentados detrás de sus mesas. [15] Hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo junto con las ovejas y bueyes; derribó las mesas de los cambistas y desparramó el dinero por el suelo. [16] A los que vendían palomas les dijo: «Saquen eso de aquí y no conviertan la Casa de mi Padre en un mercado.» [17] Sus discípulos se acordaron de lo que dice la Escritura: «Me devora el celo por tu Casa.» [18] Los judíos intervinieron: «¿Qué señal milagrosa nos muestras para justificar lo que haces?» [19] Jesús respondió: «Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días.» [20] Ellos contestaron: «Han demorado ya cuarenta y seis años en la construcción de este templo, y ¿tú piensas reconstruirlo en tres días?» [21] En realidad, Jesús hablaba de ese Templo que es su cuerpo. [22] Solamente cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de que lo había dicho y creyeron tanto en la Escritura como en lo que Jesús dijo.
Sermón y Lecturas 2do de Cuaresma
LECTURAS
Génesis 17:1-7, 15-16
ABRAM PASA A SER ABRAHÁN [1] Tenía Abram noventa y nueve años, cuando se le apareció Yavé y le dijo: «Yo soy el Dios de las Alturas. Camina en mi presencia y sé perfecto. [2] Yo estableceré mi alianza entre Yo y tú, y te multiplicaré más y más.» [3] Abram cayó rostro en tierra, y Dios le habló así: [4] «Esta es mi alianza que voy a pactar contigo: tú serás el padre de una multitud de naciones. [5] No te llamarás más Abram, sino Abrahán, pues te tengo destinado a ser padre de una multitud de naciones. [6] Yo te haré crecer sin límites, de ti saldrán naciones y reyes, de generación en generación. [7] Pacto mi alianza contigo y con tu descendencia después de ti: ésta es una alianza eterna. Yo seré tu Dios y, después de ti, de tu descendencia. [15] Dijo Dios a Abrahán: «A Saray, tu esposa, ya no la llamarás Saray, sino Sara. Yo la bendeciré y te daré de ella un hijo. [16] La bendeciré de tal manera, que pueblos y reyes saldrán de ella.»
Marcos 8: 31-38
[31] Luego comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los notables, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, que sería condenado a muerte y resucitaría a los tres días. [32] Jesús hablaba de esto con mucha seguridad. Pedro, pues, lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. [33] Pero Jesús, dándose la vuelta, vio muy cerca a sus discípulos. Entonces reprendió a Pedro y le dijo: «¡Pasa detrás de mí, Satanás! Tus ambiciones no son las de Dios, sino de los hombres.» EL QUE QUIERA SEGUIRME, TOME SU CRUZ (MT 16,24; LC 9,23) [34] Luego Jesús llamó a sus discípulos y a toda la gente y les dijo: «El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga. [35] Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, y el que sacrifique su vida (por mí y) por el Evangelio, la salvará. [36] ¿De qué le sirve a uno si ha ganado el mundo entero, pero se ha destruido a sí mismo? [37] ¿Qué podría dar para rescatarse a sí mismo? [38] Yo les aseguro: Si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la Gloria de su Padre rodeado de sus santos ángeles.»
Romanos 4:13-25
[13] Es fácil ver que si Dios prometió a Abrahán, o más bien a su descendiente, que el mundo le pertenecería, esto no tiene nada que ver con la Ley, sino con la manera de ser justo propia del creyente. [14] Si debiéramos cumplir la Ley para conseguir la promesa, la fe ya no tendría sentido y la promesa también se quedaría en nada. [15] Pues la Ley solamente trae castigos: Ley y transgresión van juntas. [16] Por eso la fe es el camino, y todo es don. De este modo la promesa de Abrahán queda asegurada para toda su raza, no sólo para sus hijos según la Ley, sino también para aquellos que por la fe son hijos suyos. [17] Abrahán es el padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te hago padre de muchas naciones. Y llegó a serlo cuando creyó en Aquel que da vida a los muertos y llama a lo que aún no existe como si ya existiera. [18] Abrahán creyó y esperó contra toda esperanza, llegando a ser padre de muchas naciones, según le habían dicho: ¡Mira cuán numerosos serán tus descendientes! [19] No vaciló en su fe, olvidando que su cuerpo ya no podía dar vida -tenía entonces unos cien años- y que su esposa Sara ya no podía tener hijos. [20] No dudó de la promesa de Dios ni dejó de creer; por el contrario, su fe le dio fuerzas y dio gloria a Dios, [21] plenamente convencido de que cuando Dios promete algo, tiene poder para cumplirlo. [22] Y Dios tomó en cuenta esa fe para hacerlo justo. [23] Se le tomó en cuenta su fe. Estas palabras de la Escritura no sólo van dirigidas a él, [24] sino también a nosotros; se nos tomará en cuenta nuestra fe en Aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor. [25] Si bien fue entregado por nuestros pecados, fue resucitado para que entráramos a la vida justa.
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